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martes, 18 de enero de 2011

Una del 27.

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.

*

Hoy ha sido una mañana intensa... No hay mejor remedio tras unas duras horas de trabajo que sentarte, y leer a Luis Cernuda... me calma mucho y hace que repita éstos versos durante horas. Tendré cientos de poemas favoritos, pero hoy, éste ha dado en el clavo para sacarme una sonrisa.
"Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien, cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío...". Definitivamente...: Si el hombre pudiera decir lo que ama...

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