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martes, 31 de mayo de 2011

These are hard times for dreamers...

Me encanta el olor a tierra húmeda, las tormentas de verano y el primer día del año que te pones por fin sólo manga corta. Los sábados por la mañana aislada en la cama. Firmar garabatos mientras estoy al teléfono. Las miradas nerviosas que hacen que bajes la mirada. Helado de tres chocolates. Planear un viaje durante semanas. El ruido de una lata de refresco cuando se abre (¡tsssch!). Hacer cola horas y horas sólo por estar en la primera fila de un concierto. Que se te quede la pintura entre los dedos y no se te vaya en días. Hacer pompas con una pajita dentro de un vaso. Pasar un día entero en pijama. Dormir por el lado frío de la almohada. Reír hasta que te duele la tripa. Comerte una manzana a bocados. Decir una tontería. Adoro las carreras que hacen las gotas de agua cuando los coches van rápido. Unir un dibujo con puntos. Leer tus ejercicios de párvulos y que te salga una sonrisa de felicidad. Ver fotografías antiguas. Enviar y recibir una postal. Pisar sólo los cuadros blancos cuando vas por la calle. Que te pregunten si quieres o tienes un chicle. Abrir un regalo. Soplar las velas de una tarta y que te digan "¡pide un deseo!". Escuchar tu canción favorita en la radio. Cantar en el coche. Tirarse desde el trampolín a la piscina. Comer con las manos. Ir a un campamento de verano y hacer amistades olvidando las distancias. Dar un abrazo y empezar a llorar. Saltar en la cama. ¡Me encantan las tardes de verano que se repiten una y otra vez! Mancharte la cara mientras cocinas. Leer un mensaje de hace meses. Poner caras tontas ante la cámara. Los trailers antes de una película. El póster de tu grupo favorito en la pared. Hablar en otro idioma. Resolver una sopa de palabras. Terminar los exámenes,...




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