A veces ves el mundo cuesta arriba, y no tienes fuerzas de subir. Otras, está él. El de ayer, el de hoy y el de siempre.
- No sé hacia dónde vamos.
- Más bien hacia dónde quieres ir...
- Donde estés tú.
Y, por un instante, el mundo se paró. No me importó nada más. Al siguiente segundo, volví a la realidad.
- ¿Y qué piensas hacer?
Dubitativo, sin saber qué decir quizás, dijo:
- No lo sé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario