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viernes, 3 de diciembre de 2010

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¿Cuánto cuesta olvidar un recuerdo? Sí, obviar un sentimiento, acción o palabra del pasado. Son como un boomerang; por muy lejos que los lances, siempre vuelven. ¿Se mide en dinero, en acciones buenas o en experiencia de la vida? Creo que más bien cuesta quitártelo de la cabeza. Cuanto menos quieres recordar algo, más piensas en ello. Sí, sí, suena contradictorio, ¿verdad? Pues es así. Igual que al prohibir cualquier cosa, la estás haciendo automáticamente más atractiva y deseable. Siempre queremos lo que no tenemos. Nunca nos conformamos con uno; queremos dos, tres, cuatro, ¡y cinco si hace falta! Pero el tener más no hará que lo que quieras olvidar sea más grande. Es como querer olvidar a alguien y emborracharte tú mismo de sus fotografías, de vuestros recuerdos y de sus caricias. A veces es peor el remedio que la enfermedad. En este mundo de locos nunca sabes si acertarás con cada camino que elijas, pero, lo único que puedes hacer es intentarlo. Y sí, es posible que el día de mañana te venga un boomerang directo a la cabeza, mas, quien no arriesga, no gana. Olvidar es fácil, querer hacerlo, es distinto.

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