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jueves, 10 de febrero de 2011

Hay regalos y regalos. Unos te los pones y los vuelves a dejar en el cajón. Otros, los desgastas de tanto usarlos. A veces, te gusta tan poco, que los devuelves. Hay también de esos que te sacan una sonrisa en la cara, te conocen tan bien... Y, por supuesto, también se puede dar el caso contrario. Luego está la gente que te da dinero porque no sabe qué regalarte y, puestos a fastidiarlo, buscan una salida fácil.
Luego estás tú. Con tus detalles que valen mil y un regalos... Que van más allá de lo inesperado. ¡Sorpresa!

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