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martes, 30 de noviembre de 2010

¿Y por qué no?


Muchos de los que leáis esto me preguntaréis por qué, pero... ¿por qué no serlo?Empecé en este mundillo de forma algo difusa, la verdad, no entendía de qué iba todo esto, pero de una forma u otra, los Scouts me invitaron a formar parte de algo tan grande siendo yo tan pequeña... Recuerdo muchas risas, juegos, compromisos, Viejos Lobos, rojo, verde, y blanco, unas leyes, pistas, morse y tres palabras que de buenas a primeras no sabía qué querían decir: abnegación, lealtad y pureza. Me repetían sin cesar que la Manada es una, que teníamos que hacer lo mejor y que no nos escucháramos a nosotros mismos, haciendo hincapié en prestar atención a lo que decían los demás. Lealtad hacia los demás y hacia ti mismo, abnegación para ser capaces de sobreponer a los demás por encima de nosotros y pureza. Siempre Listos. Se me vienen tantos recuerdos a la memoria... Recuerdo mi promesa de lobata, de scout, las siguientes etapas que conseguí y los amigos que iba haciendo. ¿Cómo no iba a querer pertenecer a algo que es ya como mi segunda familia? Espero que pueda pasarle a mis hijos todos los valores, ideales, risas, entusiasmo, alegrías y compromiso que he adquirido en el Escultismo. Fuera prejuicios, ¡ser scout es genial! Buena Caza y Largas Lunas...

1 comentario:

  1. Hola, María. Muchas gracias por tu comentario; es un honor contar con tu opnión.
    Sí, en lugar de preocuparnos en reparar la heridas que les hemos causado (y causamos) a este planeta perfecto, a nuestra Madre Tierra, buscamos lugares que aniquilar. Típico del hombre. Vergonzoso.
    Con tu permiso me quedo leyéndote un ratito.

    Besos.

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