Recuerdo cómo empezó. Pero no sé si soy capaz de lograr saber el final de la historia... O de si quiero saberlo o recordarlo...
Un títere. Dos palos de madera. Mis brazos vuelan y se enredan entre los hilos. Mirada perdida. Te busca. Y no te encuentro. Piernas que no andan; vagan. Ando a la deriva. Un corazón latente que no late. No siente ni padece.
Unas tijeras. Unas manos agrietadas de dolor y un ligero movimiento. Rápido y fino. Dolor. Adiós a los hilos que me ataban a la vida. Adiós a la marioneta de la que era presa.
Ahora sí que lo sé. Cáncer se llamaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario