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martes, 29 de marzo de 2011

No esperes.

Si no quieres sufrir, haz como yo: no esperes nunca nada de nadie. En un mundo así, nadie se sentiría avergonzado, humillado, decepcionado, triste, sólo, amargo,... Esperar que alguien haga algo, por propia voluntad, es como esperar que llueva en plena sequía.
Pero... a veces, y sólo a veces, caen unas gotas.

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